Tras leer el post de Ibone Olza, y los comentarios de personas queridas en él, me interesé por este libro. Inicialmente pensado para regalarlo a una niña de 9 años, que también lo ha tenido, pero además me gustó tanto lo que leí y la crítica sobre él, que compré otro para casa... de parte de Papá Noel. Y como mi hijo era algo reacio, por lo poco vistoso y desmotivadora portada que tiene, hemos acordado que sea yo la que lo lea... cada noche. Así que esta noche, tras la cena, el cepillado de dientes y el masaje en los pies con relajante aceite de lavanda, hemos comenzado su lectura con el primer capítulo.Y al principio mi hijo se ha metido bajo las sábanas (no, no quierooo!), mientras su hermana escuchaba atenta cada palabra que iba narrándoles, pero poco a poco el mayor iba sacando la cabeza, hasta que de repente me dice: "Enséñanos los dibujos!". Y cuando he acabado el primer capítulo le ha salido un: "¿Ya? ¡Jo!"
Creo que es necesario valorar las cosas que no tienen un valor económico y aprender a valorar el tiempo... que es lo que al final da sentido a nuestra vida. El tiempo que pasas haciendo aquello que quieres, disfrutando de la vida... o el que malgastas día tras día, forzándote a hacer cosas que nada enriquecen como persona. Nos esforzamos para que los niños sean capaces de hacerlo, para que valoren más allá de las apariencias externas, de la presuntuosidad, de la fanfarronería... y a veces resulta realmente difícil. La vida de alguna gente parece que tenga como finalidad impresionar a todo el que mire, al precio que sea, y los niños son fácilmente impresionables. Así que intentamos no comprar cosas que no se necesitan ni darle la importancia que parece tener hoy día todo lo material y la acumulación absurda de esos 'bienes' que en realidad... ¿para qué sirven?
Por eso me gustaría que la lectura de este libro les cale, y puedan recurrir a él siempre que quieran. Y sobre todo, que valoren lo mucho, mucho que tienen. Porque lo que más vale en esta nuestra casa, no cuesta un sólo céntimo de euro. No son unas deportivas chulas, una tele grande o un coche caro. Y quiero que siempre sean capaces de verlo, aunque un día puedan llevar las deportivas chulas, tener la tele grande o el coche caro.
Mañana, tras el masaje con aceite de lavanda, el segundo capítulo.
Y para después, otra recomendación que parece muy interesante: "ojo de nube".

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